1 de febrero de 2009

Kazimierz Wierzyński II

A menudo, me pregunto qué hacer cuando en un poema aparecen citas, fragmentos, frases, en una lengua diferente a la del resto del texto. Suelo optar, como en este caso, por respetar el original y no traducir -ni tampoco poner notas a pie de página-, pero siempre me queda la duda de si es eso lo que me apetece hacer.


Me vino a la cabeza Nietzsche
La tarde era aceitunada, sin brillo,
Por un cielo nuboso volaban pájaros
Peor que de noche, a un mundo plomizo,
Miré cómo las aves vacilaban al viento
Recordé tras los años a Nietzsche
“Die Kraehen ziehen schwirren Flugs zur Stadt”.

¿A qué ciudad os apresuráis,
A qué casa y a qué nido,
En qué sueño, en qué noche, en qué mundo?
Os quería saludar con la mano,
Pájaros, ahora escribo esto a oscuras:
“Weh Dem, der keine Heimat hat”.

De El tejido de la tierra

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